Una historia de dos es contada en tres versiones de la misma canción: Tangananica - Tangananá.
La versión de Los Prisioneros es donde más se percibe como una postura se vuelve su opuesta. ¿No es esto lo que significa el taijitu, el afamado signo del ying y el yang?
Volvieron a por la misma piedra. A ver si hay suerte, si no, a la tercera va la vencida.
ResponderEliminarBesoss
Eso dicen, no sé si está científicamente demostrado :o)
EliminarBesos, Ana.
¡genial!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Juan!
EliminarUn abrazo.
Ya se sabe que el ser humano...
ResponderEliminar...es un animal de costumbres.
EliminarUn abrazo, Miguel Ángel.
Qué pena que no sepamos aprovechar las oportunidades, que caigamos en los mismos errores.
ResponderEliminarUna historia en una frase.
Un abrazo, Belén.
Sí... o qué curioso nuestro empeño por compatibilizar lo que parece no encajar :o) Somo así, incorregibles.
ResponderEliminarGracias, Petra. Un abrazo.
Hay errores que son aciertos. Que vale la pena volver a cometer.
ResponderEliminarEl límite entre lo que es un error y lo que no, es muy difuso...
ResponderEliminarUn abrazo, Lucas.
Una historia de dos es contada en tres versiones de la misma canción: Tangananica - Tangananá.
ResponderEliminarLa versión de Los Prisioneros es donde más se percibe como una postura se vuelve su opuesta. ¿No es esto lo que significa el taijitu, el afamado signo del ying y el yang?
A veces no me gusta leer...
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